Nuevas cartografías decoloniales: el sujeto cultural en el Caribe

  • Nouvelles cartographies décoloniales : le sujet culturel dans l’aire caribéenne
  • New Decolonial Cartographies: The Cultural Subject in the Caribbean
Nouvelles cartographies décoloniales : le sujet culturel dans l’aire caribéenne

Texte

El panorama mundial actual es de una complejidad apabullante. En lo que concierne a América Latina y el Caribe, los distintos “estallidos” sociales en varios territorios lo atestiguan. Puerto Rico, Colombia, Chile, por mencionar a algunos de los más recientes, viven las consecuencias de ser Estados que sufren las consecuencias de la colonialidad/modernidad en condiciones ahora exacerbadas por la crisis global de salud y sus consecuencias económicas y sociales.

Desde 1492, nuestra América ha tenido que sobrevivir y adaptarse a un orden impuesto por Occidente. Benítez Rojo se refiere a la colonización de América por Europa como una serie de máquinas –en el sentido deleuziano– que causaron esclavitud, trabajo precario, capitalismo mercantil e industrial, subdesarrollo africano, población caribeña: “produjeron guerras imperialistas, bloques coloniales, rebeliones, represiones, sugar islands, palenques de cimarrones, banana republics, intervenciones, bases aero-navales, dictaduras, ocupaciones militares, revoluciones de toda suerte e, incluso, un ‘estado libre asociado’ junto a un estado socialista no libre” (1998, p. 24).

Pero no se puede entender este fenómeno como unidireccional, como si América y el Caribe fueran actores pasivos en esta historia. Como Fernando Ortiz (1987) explicó, no se trata de la pérdida de una cultura propia, sino de un proceso de transculturación, donde hay abandono y olvido, es cierto, pero también resistencia, adaptación, creación.

El presente número de Sociocritism busca estudiar las manifestaciones del sujeto cultural en el área Caribe, desde una perspectiva decolonial. El sujeto cultural se entiende como “un espacio complejo, heterogéneo, conflictivo; a una totalidad dentro de la cual los elementos dominantes alternan, los unos con los otros, en cuyo seno resultan constantemente redistribuidos los trazados semiótico-ideológicos de una serie de sujetos transindividuales cuyas cantidad e importancia varían con arreglo a los individuos” (Cros, 2002, p. 28). Más que una serie de artículos con citas de autoras y autores reconocidos del pensamiento decolonial, el resultado de la convocatoria que hicimos fue un acercamiento al sujeto cultural caribeño y a sus representaciones en diferentes contextos y discursos.

Quisiéramos compartir con ustedes algunas reflexiones sobre el proceso del número que, sin duda, tienen que ver con el mismo tema que se escogió para él. En primer lugar, se trata de una publicación en un medio académico europeo, lo cual presenta una interesante oportunidad para examinar los intercambios de conocimiento sur-norte/norte-sur. El número consta de 10 artículos, uno en coautoría; de lxs 11 autorxs, 8 son hispanoamericanxs. Lo que quiere decir que las investigaciones aquí presentadas son hechas casi en un 73 % por personas de estos mismos territorios. Este es uno de los puntos que señalan las teorías decoloniales: la concepción de que el sujeto –occidental– estudia un objeto otro –del llamado “Tercer mundo”–, subordinándolo a su mirada. En el caso de que el/la investigador/a sea “foráneo/a”, se pide que co-investigue con la comunidad y que, en todo caso, explicite el punto de vista desde el que habla. Estamos seguros que aquí tenemos un buen balance con respecto a la colonialidad del saber.

Por otro lado, el proceso de evaluación de los artículos presentó retos que lxs responsables de la revista tuvimos que enfrentar y a los que debimos adaptarnos. En un momento dado, se hizo evidente la existencia una brecha entre lo que se entiende por investigación de cada lado del Atlántico. Esto nos demostró de manera práctica la persistencia de un marco eurocéntrico en las ciencias sociales y humanas, dentro de las cuales la validez y calidad de las investigaciones realizadas por sujetos y/o sobre objetos de estudio no-occidentales son puestas en duda con mayor facilidad. Una vez esto fue claro, procedimos a ajustar los criterios necesarios para enfrentar estos nuevos desafíos epistemológicos.

Otra de las tareas fue cómo entender la convergencia entre sociocrítica y estudios decoloniales. Si bien al momento de la convocatoria esto nos parecía evidente, cuando recibimos los diferentes textos el proceso fue más complejo y requirió también una vuelta sobre ciertas conceptualizaciones, entre ellas la de la misma sociocrítica. Esta se entiende en su marco más amplio y en diálogo con otras perspectivas y disciplinas –lo cual es uno de sus fundamentos–. Los artículos de este número, así no citen a autores de esta disciplina ni utilicen de manera directa sus conceptos, se consagran a un análisis de discursos culturales teniendo en cuenta sus marcos socio-históricos, las ideologías en pugna y las estrategias discursivas. Esta es la esencia de la sociocrítica, que solo en diálogo con otras disciplinas podrá seguir evolucionando y adaptándose a las nuevas formas de producción de significados.

La primera sesión del número, titulada “Representaciones y prácticas decoloniales”, abre con el artículo de Yuderkys Espinosa y Celenis Rodríguez, “Documentar el sistema moderno/colonial de género y sus efectos: el caso de Los Mercedes, una comunidad descendiente de cimarrones en el Caribe Hispano”, que estudia las relaciones entre las mujeresnegras y los hombres de Los Mercedes (República Dominicana). Las autoras proponen que estas no responden completamente a las jerarquías del sistema moderno/colonial de género, sino que se presentan negociaciones que responden a las necesidades de esta comunidad caracterizada por una economía de sobrevivencia. Estas configuraciones transgresoras de las normas de género occidentales pueden ser pensadas desde los feminismos decoloniales y el pensamiento caribeño.

Acto seguido, Karen Genschow examina en “Chemins de l’école : école, langue et décolonialité dans la littérature antillaise” el papel estructurador clave de la institución escolar en la formación y perpetuación de las relaciones coloniales de dominación. Se ponen en perspectiva obras de dos autores antillanos de los años 50 (Joseph Zobel y Guy Tirolien) con las de dos escritores más contemporáneos pero que tratan el mismo periodo (Maryse Condé y Patrick Chamoiseau). A través de estos balances en gran medida autobiográficos destaca no solo la crítica a la institución alienante sino también la necesidad de tomar en cuenta la especificidad del sistema moderno/colonial para llegar, según Mignolo a invertir “las éticas y las políticas del conocimiento” (2005).

En el artículo siguiente, “Descolonización y crítica literaria en el Caribe: Ifá como sistema de significación”, Katia de la Cruz García se apoya en la definición de Cros del sujeto cultural como múltiple y sincrético, para afirmar que al leer la literatura caribeña desde el marco puramente occidental se tiene una visión parcial y colonial de ella. Por ello expone una propuesta de análisis de la literatura contemporánea caribeña tomando en cuenta como sistemas de significación las religiones de origen afrocaribeño, específicamente la de la tradición yoruba, el Oráculo de Ifá. De la Cruz García explica de manera detallada la estructura del Oráculo, y da ejemplos de cómo yace en la base de la estructuración de obras como Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez y “La muñeca menor” de Rosario Ferré.

Con “Crítica a la colonialidad en las lecturas del carnaval de trinidad de Derek Walcott y Gordon Rohlehr”, Claudia Caisso nos invita a considerar la capacidad de resistencia de las culturas caribeñas frente a las máquinas jerarquizadoras del sistema moderno/colonial. En primer lugar, se concentra en la visión que desarrolla Derek Walcott a propósito del carnaval en un texto considerado como hito para el poeta santalucense, “El Caribe ¿cultura o imitación?”. A partir de este ensayo clave, empieza a reivindicar la imagen de la bastardía, que se manifiesta en el carácter híbrido y la fuerza deslumbrante del carnaval. En segundo lugar, Caisso propone una lectura del ensayo etnomusicológico de Gordon Rohler, y en particular su estudio de las prácticas vinculadas con el calipso y los artistas calipsoneros, como expresiones de las culturas caribeñas populares de resistencia y solidaridad.

Abriendo la segunda sesión del número, titulada Identidad y discurso del sujeto cultural”, el artículo de Daniela Pabón Llinás, “La fisura en lo humano: una poética (geo)histórica”, indaga en la propuesta del cubano José Lezama Lima en La expresión americana del arte poético americano como una apuesta política que se aleja de la subjetivación dominante –la occidental– y rescata procesos de singularización; una apuesta ligada al lenguaje, al territorio que se habita –el paisaje– y a su historia. Asimismo, desarrolla la idea del sujeto americano como sujeto metafórico. Para ilustrar esto, Pabón Llinás recurre al poeta colombiano Candelario Obeso y estudia cómo se expresa desde el habla del sujeto afro –el boga– de la región del Caribe colombiano.

El trabajo de Marys Renné Hertiman contiene una propuesta conceptual innovadora que permite actualizar ciertos conceptos globales tomando en cuenta el contexto caribeño y/o decolonial. Aunque el término francés “empiétement” resulta difícil de traducir al español, crea una imagen muy sugerente: su etimología jurídica remite a una situación espacial híbrida con fronteras movedizas que acarrea la usurpación de tierras por la parte dominante. El concepto de “usurpación discursiva” abarca tres mecanismos descritos de forma precisa en el trabajo: enunciación vicariante, desposesión y silenciamiento. Cada uno de estos conceptos viene acompañado de figuras conceptuales sacadas de la producción cultural que nos invitan a examinar los ideosemas en las relaciones de dominación desde una perspectiva renovada.

En el artículo siguiente, “Identidad y bastardía en América Latina” de Sara Martínez Vega, se ahonda en el debate acerca de la legitimidad o bastardía de una filosofía o pensamiento propio de América Latina y el Caribe. De la mano de dos autores con ideas contrapuestas, Augusto Salazar Bondy y Leopoldo Zea, Martínez Vega propone que esta controversia sienta sus bases en la pregunta por la identidad latinoamericana, en la pregunta por nuestro lugar en el nuevo orden del mundo post-colonial, aún hoy vigente.

La última sesión del número, “Cartografiando teorías y conceptos”, se abre con el artículo “El sujeto en los textos «seminales» del Giro Descolonial: inventario, fuentes y significación” de Alfonso Rodríguez-Manzano, quien hace un recorrido cronológico por las primeras y fundamentales publicaciones de los autores del Giro Decolonial. Rodríguez-Manzano, más que resumir o reseñar las teorías o conceptos, rastrea la forma en que cada unx de lxs cuatro autorxs trabajadx –Orlando Fals-Borda, Gloria Anzaldúa, Aníbal Quijano y Enrique Dussel– se posiciona críticamente frente a la noción nor-eurocéntrica de sujeto moderno y cartesiano, y propone visiones alternativas para entender el sujeto desde un marco latinoamericano, caribeño y transmoderno, por ejemplo, en interrelación con el objeto, con el pensar y el sentir, con el mestizaje y la espiritualidad, un sujeto a fin de cuentas anticolonialista y decolonial.

A continuación, Marcelo Cabarcas Ortega, en “Caribe, producción textual y realidad social: una entrada a la conversación” plantea una reflexión acerca de la literatura del Caribe en relación con su contexto sociocultural colonial y postcolonial. La propuesta principal ofrece una comprensión de la literatura caribeña no como una manifestación compacta, coherente y uniforme, sino como un espacio híbrido, de combate, resultado tanto de la asimilación y reproducción de la cultura occidental hegemónica como de la resistencia creadora de nuevos significados.

Finalmente, el artículo “L’espace de la poétique, espace des dynamiques paradigmatiques de la subjectivité caribéenne”, de Laura Gauthier Blasi, toma como punto partida ideosemas centrales en la producción cultural de la zona, heredados de la Trata y del sistema de las Plantaciones. Las observaciones de Benítez Rojo, Édouard Glissant, José Lezama Lima, Fernando Ortiz, Jacques Stéphen Alexis, Frankétienne y Gary Victor son examinadas para destacar el papel clave del territorio poético en la resistencia al sistema moderno-colonial y el desarrollo de una alternativa.

Seguir el mapa de esta publicación hasta su destino final ha sido un ejercicio complejo, debido a la virtualidad, la distancia y el contexto pandémico. Al finalizar este recorrido, asoman, sin embargo, resultados convergentes a pesar de metodologías a veces muy distintas y procedencias geográficas muy lejanas. Estas convergencias permiten entender cómo funcionan fenómenos que en otros contextos hubieran generado datos dispares, pero que en un marco común (el Caribe), se articulan para formar sentido y validez epistemológica.

Aunque no son sorprendentes los puntos comunes que surgen de la diversidad de perspectivas teóricas y disciplinas (estudios decoloniales, estudios culturales, análisis del discurso, antropología, filosofía y sociocrítica), también destaca la procedencia geográfica polifacética (academia colombiana, caribeña, norteamericana, francesa, alemana, etc.). Esta diversidad sobresale en las diferentes áreas culturales tratadas, tanto a nivel lingüístico (Caribe hispano-, anglo-, creole- y francófono) como a nivel histórico, pues se manifiesta de forma recurrente en los artículos la diacronía del proceso colonial, de los funcionamientos y prácticas que genera a través de estructuras emanadas de la modernidad eurocéntrica y colonial. El enfoque policultural, diacrónico y no jerárquico que la sociocrítica comparte con otras epistemologías y que mantiene desde sus inicios es una de sus grandes ventajas.

Como en otros números de la revista, los artículos del XXXV-II ponen de manifiesto la microsemántica de obras y prácticas culturales en el centro de los diversos procesos de creación cultural. Los diversos trabajos reunidos evidencian elementos semiótico-ideológicos recurrentes que desempeñan un papel clave en la producción de sentido pero que los prismas metodológicos académicos tradicionales no permiten o no pueden potenciar, aunque tengan la capacidad de discernirlos. Participan de esta manera de la reconfiguración del marco hermenéutico iniciada por la sociocrítica y los estudios descoloniales para paliar las deficiencias del marco clásico.

Bibliographie

Benítez Rojo, Antonio, La isla que se repite. El Caribe y la perspectiva posmoderna, Barcelona, Caciopeia, 1998.

Cros, Edmond, El sujeto cultural. Sociocrítica y psicoanálisis, Medellín, Universidad Eafit, 2002[1995].

Mignolo, Walter, Cambiando las éticas y las políticas del conocimiento: lógica de la colonialidad y postcolonialidad imperial, Tabula Rasa, no 3, 2005, p. 47-72.

Ortiz, Fernando, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1987[1940].

Citer cet article

Référence électronique

Mercedes Ortega González-Rubio et Alexis Yannopoulos, « Nuevas cartografías decoloniales: el sujeto cultural en el Caribe », Sociocriticism [En ligne], XXXV-2 | 2021, mis en ligne le 20 juillet 2021, consulté le 19 avril 2024. URL : http://interfas.univ-tlse2.fr/sociocriticism/2935

Auteurs

Mercedes Ortega González-Rubio

Universidad del Norte, Colombia

Alexis Yannopoulos

Université de Toulouse Jean Jaurès, France